Una prueba de exploraciones SPECT/CT, la dosis efectiva recibida dependerá de la actividad administrada, del tipo de radioisótopo empleado y del tipo de estudio que se realice. A modo de ejemplo, se puede considerar un estudio de cardiología nuclear donde se requiere la administración de Tc99m en dos etapas y la adquisición de imágenes CT de tórax. Considerando una inyección de 12 mCi en la primera etapa y el triple en la segunda, la dosis recibida por el paciente en la fase nuclear del estudio ronda los 15 mSv; por el otro lado, la dosis de una CT de tórax para este estudio se aproxima a los 1,5 mSv. Considerando que una radiografía de tórax convencional entrega una dosis promedio de 0,05 mSv y un estudio de medicina nuclear ronda los 20 mSv, esto equivaldría a realizarse 400 placas de tórax en un año, lo cual puede pensarse como un valor muy elevando. Sin embargo, usted debe considerar que, de acuerdo a la bibliografía, no se han demostrados efectos clínicos en pacientes, incluso con valores cercanos a los 200 mSv.
Es aconsejable no realizarse una intervención o atención médica luego de finalizado un estudio de medicina nuclear. Sin embargo, esto no conlleva un riesgo en la salud del personal sanitario. Para reducir al mínimo la exposición del personal sería suficiente con seguir unas sencillas directrices, como lo son: reducir el tiempo de contacto y aumentar la distancia entre el paciente y el personal. En el caso de pacientes con catéteres urinarios o incontinencia, las precauciones que se adoptan normalmente cuando se trata con material de riesgo biológico serían suficientes para evitar la exposición excesiva y la contaminación.
No. El paciente puede llevar a cabo todas sus actividades habituales sin ningún riesgo para los demás, con la única precaución de limitar el contacto con mujeres embarazadas y niños/as. La sustancia inyectada se elimina por orina por lo que se aconseja beber abundante cantidad de agua para facilitar y acelerar su excreción del organismo.
Con la debida precaución para las mujeres embarazadas y los niños/as, un paciente que viaja en transporte público tras una exploración de medicina nuclear no supone un riesgo para los demás pasajeros. Debido a que los radioisótopos empleados en estos estudios son de vida media corta, su desintegración es rápida, por lo que se puede suponer que luego de 24 horas de realizado el estudio, usted irradia poco o nada. Por este motivo, luego de ese tiempo puede llevar una vida normal.
Si bien la vía principal de eliminación del material radiactivo empleado para la realización de estudios de medicina nuclear es a través del sistema urinario, una fracción se puede eliminar por la leche materna. En condiciones normales, la exploración debería retrasarse hasta que la lactancia haya terminado. Si el examen se necesita con urgencia y no se puede posponer, se recomienda que la madre se realice extracción de leche antes del examen, con el fin de utilizarla para alimentar a su bebé después de la exploración. Además, es aconsejable que durante las 2 horas posteriores a la exploración se realice extracciones de leche y luego la elimine. Luego de esto, se podrá reanudar la lactancia materna con normalidad.
Como regla general, en una mujer embarazada no deben emplearse sustancias radioactivas. Sin embargo, el embarazo no tiene por qué ser una contradicción para los procedimientos de medicina nuclear, en particular los diagnósticos que involucran radioisótopos de corta duración, siempre que haya fuertes justificaciones clínicas y se haya hecho un esfuerzo para explorar otras alternativas diagnósticas que incluyan radiación no ionizante. De ser posible, es recomendable esperar hasta luego del parto para realizar el estudio de medicina nuclear. En caso de ser necesario realizar este tipo de procedimiento, se deben adoptar criterios de reducción de dosis en el feto, como puede ser la administrar de actividades más pequeñas, tiempos de imagen más largos, así como también una abundante hidratación materna y frecuente evacuación. La irradiación del feto se debe a la transferencia y distribución placentaria del radiofármaco en los tejidos fetales, la radiación debida a la captación por parte de los órganos de la madre, así como también la radiación externa emitida por otros pacientes que también se encuentren realizando estos estudios.
No es deseable. Aunque la radiación emitida por parte del paciente es baja, es aconsejable evitar la exposición del feto a estas emisiones ionizantes. En el caso de que se necesite la presencia de una mujer embarazada para calmar a un niño/a pequeño/a que se esté realizando el estudio, es importante mantener cierta distancia entre el niño/a y el resto de los/as pacientes que también se estén realizando estudios diagnósticos de medicina nuclear. En tal caso, el tiempo que pase la mujer embarazada en contacto o en proximidad del niño/a debe ser lo más corto posible.